Traducción Fer de la Cruz
Para muchos, la “generación del boom” en la literatura latinoamericana (1960s y 70s), que recibió gran reconocimiento, resulta una bendición no exenta de paradoja ya que, por una parte, produjo escritores de la talla de Alejo Carpentier, Julio Cortázar, Carlos Fuentes, Mario Vargas Llosa e Isabel Allende y, por otra, creó una suerte de arque-estereotipo de cómo la literatura latinoamericana debe lucir. Ilustra este argumento la proverbial anécdota de dos autores excluidos de una antología de la región por no ser sus obras inherentemente magicorrealistas.
México ocupa un puesto relevante en la literatura latinoamericana. Autores como D. H. Lawrence, Roberto Bolaño, Gabriel García Márquez, Graham Greene, John Steinbeck y William S. Burroughs vivieron en México y se influenciaron por él de muchos modos. Es el país natal de movimientos literarios reales (e imaginarios) como los Crack (Sergio Pitol y Jorge Volpi) y el realismo visceral.
En una entrega para el San Francisco Chronicle, Mónica Campbell opina que “los nuevos escritores de ficción se aprestan a recibir la poderosa influencia del Boom pero ven con recelo su tipificación de la literatura latinoamericana.
Este número de ningún modo intenta ser representativo de la literatura mexicana. En lugar de esto, se presenta como un muestrario de escritores mexicanos ante nuevas audiencias. Ésta es la meta de nuestra hermandad con la revista Ofi Press (México), editada por Jack Little, la cual a su vez presenta la literatura del occidente africano también a nuevos públicos; hermandad que busca fomentar el discurso intercultural.
Raúl Bravo Aduna explora el ser de la literatura mexicana y reitera los peligros de sistematizar o de categorizar la escritura, al citar a Jorge Cuesta diciendo que “la noción de intentar sistematizar la literatura según estándares geográficos resulta contraproducente, pues empobrece a la nación que apologiza, glorifica o distingue, al aislarla con respecto a una comprensión mayor y más holística de la Literatura o de la vida misma”. Por su parte, Jesse Tangen-Mills explora de un modo intricado el internet, las fronteras y los recuerdos, en tanto que una entrevista con Jack Little aborda su obra y sus influencias.
Eleonor L. Bennet ofrece fotografías maravillosas. Igual hay arte de María Teresa Palacios y Monserrat Vázquez del Mercado.
Los poemas aquí contenidos resaltan la diversidad y apoyan el hecho de que el individuo y la sociedad se encuentran —como la interacción humana— en el corazón de la poesía. En los poemas de Margarita Ríos Farjat vemos un lirismo que da fe de su sentido de pertenencia, historia e identidad, así como de la celebración del misterio de la vida, en tanto que en Fer de la Cruz vemos una visión satírica y humorística de la vida. La poesía de Fernando Bonilla desciende de una larga línea de poesía de protesta afincada en la conciencia de las masas, y la de Ingrid Valencia es lírica y enigmática con una sutil reminiscencia de Emily Dickinson. En Camila de la Parra descubrimos un talento para la metáfora cuando explora estereotipos y contrariedades de la burguesía.
Dzekashu MacViban
Editor Fundador